Hace unos días, Garzón decidió abrir una investigación que, tras treinta años de democracia, ya debería estar cerrada, las víctimas rehabilitadas e identificadas y los culpables cumpliendo sus penas correspondientes. Pero no, este jodido país, no sólo espera que estas decisiones las tome un juez, es que es incapaz de pedir que las tome el Gobierno ( de los 30 años de democracia casi 20 han visto un gobierno de "izquierdas", en teoría un gobierno con el que posiblemente se identificarían muchas de las víctimas) que a lo más que ha llegado ha sido a aprobar una tibia Ley de Memoria Histórica.
Han pasado varios días y parece que Garzón lo único que conseguirá es dejar, nuevamente, en evidencia a los mismos de siempre, y a alguno que otro que ya intuíamos.
Y por supuesto, y como siempre, a los curas.
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