Telefónica era una empresa pública. Parece ser que a Felipe González se le pasó por la cabeza privatizarla (hoy ya podría decirlo, puesto que el “delito” ha prescrito), y José María Aznar, apremiado por ser el Presidente que nos metiera de lleno en la Europa del euro, decidió llevar a cabo semejante aberración con el fin de cumplir los criterios de entrada y de camino ofrecer un carguillo de importancia a (y esto es la tónica en el PP) un amiguito del alma y compañero de pupitre, te quiero un “güevo”, etc, etc….
Ahora, Telefónica, empresa privada, ha decidido que no bastó con echar a la puta calle a 13,000 trabajadores entre el 2003 y el 2007, y pretende poner de patitas en la calle a otros 6.000, porque aunque hayan ganado más de 10.000 millones de euros, al ritmo que aumenta lo que cada consejero se lleva en la saca al terminar cada ejercicio, a lo mejor no llegan a final de año.
Y Pons, el cínico, aprovechando la coyuntura, dice que el socialismo es una ideología injusta. “Pa” hincharlo a hostias……..
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