Parece ser que los 30.000 € que
ingresaban mensualmente no les daba para ir al Covirán, ni al Lidl. Ni aun
comprando marcas blancas llegarían a final de mes. Por eso se vieron abocadas a
tomar una decisión drástica. Tendrían que renunciar a la posibilidad de exhibir
en un futuro el brazo incorrupto de la madre superiora en el hall de entrada de
la residencia de estudiantes. Había que robar, y robarían, con audacia, con
sangre fría, sin miedo alguno, y que le fuesen dando a los mandamientos de la
ley de dios.
Las monjas, al fin y al cabo, son como los
bancos. Al final viene alguien y te perdona todo lo malo que hayas hecho. Por
eso lo mismo les daba robar niños antes que mangar comida ahora. Su señor
misericordioso las perdona. Y si él las perdona, ¿no lo harán los jueces, la
opinión pública, los padres de las estudiantes, el banco de alimentos y el sursumcorda
si se tercia? Pues claro, sí somos la reserva espiritual corrupta de Occidente, coño…..
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