“El único, triste e interminable paseo fue el que tuve que dar, el 8 de noviembre de 1936, siguiendo el entierro de Saturnino Ruiz, el obrero minervista de mi taller, cuyo cadáver bajaron del frente sus compañeros para que le diéramos sepultura.En su memoria escribí este romance:
Estoy mirando mis libros,mis libros, los de mi imprenta,que pasaron por tus manos,hoja a hoja, letra a letra.Pienso en el taller contigoantes de empezar la guerra;pienso en ti, tan cumplidodelante de la minerva…El romance a Saturnino Ruiz, con otros que incitaban a la defensa republicana de la capital de España, fue publicado en El Mono Azul, semanario de nuestra alianza."
El caballo griego. Manuel Altolaguirre.
El Mono Azul fue una revista publicada en el bando republicano durante la Guerra Civil Española bajo el auspicio de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura cuyo primer número salió a la luz el 27 de agosto de 1936, y que apareció como un folleto en sus inicios.
En ella colaboraron los más destacados intelectuales del período, singularmente muchos de ellos componentes de la denominada Generación del 27. Entre ellos destacaron Arturo Cuadrado, Miguel Hernández, Lorenzo Varela, Antonio Aparicio, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, José Bergamín, Luis Cernuda, Antonio Machado, Ramón J. Sender y María Zambrano; entre los no españoles Pablo Neruda, Vicente Huidobro, André Malraux o John Dos Passos.
El nombre fue tomado del mono que usaban los milicianos en el frente de guerra. Su objetivo era llegar a los soldados y hacerlos conscientes de su función en defensa de la república y la democracia frente al fascismo representado por los sublevados.
Su contenido era muy variado, desde instrucción militar, literatura y política. En muchas ocasiones, dado el nivel tan bajo de alfabetización, la revista era leída por algún soldado o suboficial para el resto de los miembros de la unidad.
Entre sus secciones más leídas se encontraba en las páginas centrales, el "Romancero de la Guerra Civil", donde se recopilan los romances que enviaban desde todas partes de España soldados y familias. El conjunto de los publicados sería recogido más tarde por el poeta Rafael Alberti en su obra, "Romancero General de la Guerra Española", cuya primera edición vio la luz en Buenos Aires en 1944.
La publicación duro prácticamente todo el período de la contienda, cuarenta y siete números en total, si bien sufrió diversos avatares. El fundamental fue que, en varias ocasiones, pasaba mucho tiempo entre un número y otro, dadas las dificultades de suministro y reparto, lo que se incrementó hacia el final de la guerra. También apareció acompañando al diario La Voz y Cuadernos de Madrid.
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