Como no he podido ir a la exposición de Fernando Bayona, he dedicado mi tiempo a reflexionar, y he llegado a una conclusión. Los de Haztelover tienen parte de razón. El mismo Jesús, en un episodio de la Biblia que no se publicó, pero que yo reproduzco a continuación, nos da las claves para comprender cómo algunas manifestaciones culturales, en ocasiones, son tan injustas como dolorosas.